No existieron corifeos
capaces de dirigirte,
deslumbraste con tu valentía
a una sociedad impía
y al más terco ignorante malheriste
mientras surcabas los mares
ejecutando anticuadas teorías
de obsoletas y retrógradas ideologías.
Vencedora memorable de luchas sexistas,
por fin llegaste a ser
el hada madrina de los cuentos
tú mujer, sólo tú
lo pudiste hacer.
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