martes, 13 de enero de 2009

DE CAÑAS

(En una terraza o dentro de un bar,
española y arraigada costumbre,
que se ha de respetar)

Los rayos del sol
fulminan la nieve
que el invierno olvidó
y que la primavera,
a buen precio, rechazó.
Reflejos del sol
brillan en los adoquines
y ya, a nadie,
le hacen falta calcetines.
Solidarias sombrillas
protegen a la gente,
que bebe, ríe
y se siente indiferente,
en mesas impúdicas,
repletas de gélidos vasos
fieles culpables de algunos retrasos
invitando a la rubia más generosa
a huir de la coca-cola,
sola o con gaseosa,
a sentirse libre de modas baratas
y a no caer en erratas
a estar en boca de todos,
y a quedarse, de todos modos.

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