jueves, 5 de febrero de 2009

APRENDE

Aprende a respetarme,
a darme amor
sin obligarme,
a llevar razón
sin insultarme.
No me halagues tan meloso
que en salud ya me curé,
no te creo mentiroso,
que aunque sea mujer
ya eché sal en mis heridas
y tomé la iniciativa.
Sé modesto en tus fracasos
y no hagas testamento de tu agravio,
ni me anegues en legados tan escasos,
pingües secundarios
de tu mundo imaginario.

1 comentario:

  1. Hay como dos niveles de comprensión. Uno, lo que dices y otro lo que señalas detrás, es profundo. Yo de ti, intentaría hacer un poema paralelo a este a base de metáforas, quitando los "no", los "ni" y el señalar directamente a nadie, ni a uno mismo, ni al otro.
    Es mi punto de vista, claro, mi forma de intentar más el estilo que el contenido.
    Y en el contenido, las emociones que sigan saltando como lo haces aquí, dando el pellizco, emocionando al sentimiento, eso de "ya eché sal en mis heridas" es muy bueno.

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