Aduéñate de mis besos, cariño,
y jamás pienses que ya no te quiero,
ni que ruín espero calor ajeno,
de ni tan buenos, ni ardientes castillos
que no me cuidan del viento con lija,
pues no ves que soy caballero andante,
Quijote de sal y triste semblante,
de figura tal y con mi alma en liza,
de palizas harta y metida en líos.
Acostúmbrame a tu cama, cariño,
que de tanto calor ya me cansé.
Cúpido, pagué tu precio y me olvidé,
seguro de perjuicios y de daños,
amor, a salvo de los desengaños.
POESÍA CONTRA EL MURO - CÍRCULO DE POESÍA
Hace 8 años